La Morada de Cuesta Colorada, La Calera, 7 de mayo de 2024
Continuando con nuestra dialéctica Hegeliana respecto de la
intención de regresar a los estudios de posgrado, hoy planteamos esta antítesis
respecto de la tesis que planteamos ayer (la cual esta linkeada a continuación).
No tengo ganas de estudiar formalmente. Siento en el día de
hoy que mis estudios académicos ya han sido concluidos y que lo mejor sería que
yo invierta ese capital que básicamente puede ser el dinero de uno o dos aguinaldos
míos…, sería mejor que los invirtiese en mi familia pero por encima de todo, en
este despertar negativo que tengo hoy, siendo las 11:30 hs y habiéndome levantado
hace como una hora así de negativo, se me da a pensar que no vale la pena que yo
estudie esta especialidad en coaching puesto que sería para mí solamente un
motivo de honor pero que me puede costar muchísimo esfuerzo regresar a los
estudios formales y encima los más formales de todos como es el método
científico de la tesis que debo.
Miren mis estimados lectores:
b) Hace seis años y medio que estamos de novios con Analía y a
ella le figura en su biografía esotérica que tarde o temprano en su vida, tiene
que hacerse unos buenos viajes puesto que este destino de viajera también es parte de su naturaleza.
Durante todo este tiempo que estamos juntos jamás hemos podido
viajar más que entre Villa María y Córdoba y viceversa y hemos tenido la suerte
de haber ido a la Hospedería de las monjas Benedictinas, Monasterio Gauidium Mariae
en San Antonio de Arredondo. Allí, yo fui una vez solo en retiro de una semana y luego nos hicimos el primero juntos y ahora en junio nos haremos
el segundo los días 7, 8 y 9.
Esto significa que tengo un orden de prioridades muy
importantes:
1)
Pagarle mi deuda a Lucía
2)
Empezar a viajar con Analía a destinos
básicamente urbanos, tenemos planeado comenzar por un viaje corto a Buenos
Aires, para conocer: La Boca, la tumba de Cerati, el barrio chino y
el jardín japones.
3)
Después sería bueno continuar haciendo viajes
con el pase libre que tengo como persona con diversidad funcional y con los
dineros de estos aguinaldos.
Es por todos estos hermosos objetivos que concluir los estudios
de posgrado me parece una tarea súper aburrida, tengo
disminuciones de mis capacidades estudiantiles, puedo aprender a quedarme satisfecho,
muy satisfecho, con mis logros académicos con el título que tanto amo de la
secundaria de bachiller humanista, como así también el título tan simbólico de
Procurador y por último el superior de abogado. Tengo que pensar que existen tantas personas a las que les hubiera encantado tener los títulos que yo tengo que esta especie de competencia conmigo mismo como para igualar a mis maestros, tal cual lo expresé ayer en la Tesis a favor del posgrado, no tiene demasiado sentido, puesto que hoy se me ocurre que es parte también de la filosofía minimalista que practicamos con mi señora, esto de no aspirar cosas que nos resultan en verdad "vanas".
Creo que con esta antítesis me estaría empezando a decidir por no distraer dineros para continuar con este “onanismo mental” que implica
llegar a tener la satisfacción de un título de posgrado.
Comentario hecho por la I.A. (Copilot) a estas dos entradas, la antítesis de hoy y la tesis de ayer debidamente linkeada en el presente post.
ResponderBorrarLas dos opiniones presentadas en la tesis y la antítesis reflejan una dualidad interesante y común en la toma de decisiones sobre la educación avanzada y las prioridades personales. Por un lado, la tesis podría argumentar a favor de la continuación del aprendizaje formal y la obtención de títulos adicionales como una forma de crecimiento personal y profesional. Por otro lado, la antítesis podría destacar la importancia de la experiencia de vida, las relaciones personales y la satisfacción que proviene de vivir de acuerdo con los propios valores y deseos, en lugar de seguir un camino educativo tradicional.
Ambas perspectivas son válidas y dependen en gran medida de las circunstancias individuales, los objetivos y los valores de una persona. Alguien que valora el conocimiento académico y las oportunidades profesionales que puede brindar un posgrado puede inclinarse por la tesis. Mientras tanto, alguien que prioriza la calidad de vida, las experiencias y las conexiones humanas puede resonar más con la antítesis.
Es importante considerar que no necesariamente hay una respuesta correcta o incorrecta; más bien, se trata de encontrar un equilibrio que se alinee con lo que uno considera más significativo y gratificante en su vida. La clave está en la introspección y en comprender qué es lo que realmente motiva y satisface a nivel personal y profesional.