miércoles, 12 de junio de 2024

INTRODUCCIÓN SOBRE CALIFICATIVOS Y SUEÑOS


La Morada, 11 de junio de 2024

Esta entrada quiere reflejar un nuevo proceso interior que pretendo empezar o continuar realizando.

Quiero pasar a ser, además de monje laico mercedario, un auténtico chaman católico templado, lo que me ubica dentro de los chamanes por cuanto uso psicoactivos como vehículos para entrar en mis trances. Estos psicoactivos son el café, el mate y el tabaco, siendo estos suficientes vehículos para mis estados de vigilia y trance. Al mismo tiempo como les decía soy chamán católico puesto que toda mi religiosidad central lo es y mis trances son verdaderamente místicos, habiendo ya expresado mi postura de que, entre los iluminados, los místicos son únicamente católicos, y no sigo la idea de que místicos son todo tipo de esotéricos, aun cuando por otra parte sigo al maestro zen y sacerdote Benedictino Willigis Jäger, que consideraba que los místicos, aun los católicos, como lo estoy sosteniendo, son también esotéricos. 

Respecto de lo templado hago alusión a que no soy como los chamanes originarios, que toman pócimas con plantas de poder muy tremendas como los hongos alucinógenos, el peyote o la ayahuasca. Lo mío, tal cual les decía es solamente tabaco, café y mate que son suficientes estimulantes intelectuales, espirituales y con ellos solamente puedo entrar en trance, con un par de otras prácticas más, como la de la vigilia noctámbula.

Pienso y pienso en mi perro Séptimo, que era un puro por cruza de dos razas: un Rottweiler y un Mastín Ingles, pero él había pasado a ser un puro Mastweiler. En esta dirección, anoche mientras conversaba con un coachee, se me vino a la mente que yo no soy ni puro monje, ni puro chaman, sino que tengo de ambos y en mi unicidad, la manera más correcta de considerarme sería como sanador. Sin embargo, no me gusta este calificativo, pues puede confundírselo con muchos estilos, que en verdad me causan rechazo por lo que, volviendo al principio de toda esta historia, por allá en 2017, cuando sentí que quería pasar a ser un mago moderno, la manera más correcta de denominarme es como coach.

Lo que viene a continuación es una cuestión que la tengo que resolver antes de la llegada de mi aguinaldo de julio:

¿Me quedo como estoy, habiendo aprobado todas las materias de la especialidad universitaria en coaching, pero faltándome la tesis? O, por el contrario: ¿Pido la prórroga para rendir un par de materias que se habrían sumado en el nuevo programa, e intento una vez más aprobar la tesis y recibirme?

La primera postura tiene de positivo que podría zafar de tener que hacer una tesis que para mi mente tan libre como la tengo hoy, adaptarme al método científico me cuesta muchísimo. Por otra parte, el hecho de ahorrarme el dinero de la prórroga es sumamente tentador, pues hace mucho estoy intentando que mi familia y yo gocemos de una cada vez mejor calidad de vida.

La segunda postura no hace falta que mencione sus bondades.

Con ayuda del Tarot lo que se me aconseja es que no me deje tentar por la vanidad y que me concentre en mi condición de ermitaño y hombre de familia y no distraiga estos dineros para el fin propuesto.

La carta que me salió cuando le pregunte si hago la tesis o no, fue justamente el ermitaño, y algo muy importante de este ermitaño eneatipo 7 que les escribe, es el minimalismo que he ido alcanzando, por lo que desde el vamos, al no poder ejercer el título de posgrado de manera formal por mi condición de jubilado, puedo quedarme con esta formación no titulada que tengo y ejercerla a mi profesión de coach de manera fáctica como lo vengo haciendo hace ya muchos años.

Ahora estoy pensando algo muy importante con esa parte de monje laico que tengo en mi ser:

A Dios no le gusta que nos determinemos por la magia de ningún tipo, sino que Él nos ha creado libres y con una naturaleza humana que por nuestra esencia es superior a la de cualquier otro animal y cuando ellos están determinados por esa naturaleza, a nosotros Dios nos otorga el derecho de transmutarla, es decir cambiarla por otra y como ejercicio de nuestro libre albedrío.

Esto quiere decir que cuando nos decimos o nos dicen Señor, esto significa que tenemos intrínsecamente el poder de ser dueños de nosotros mismos y dueños de la naturaleza que elijamos, por sobre las determinaciones y hasta los meros condicionamientos de ella. Es por este motivo que, habiendo escrito en la entrada siguiente, que uno de mis mayores sueños es lograr tener algún día este título de posgrado al que me estoy refiriendo, resulta valiente volver a pedir y emprender una nueva prórroga. Y tal cual lo vengo sosteniendo en entradas anteriores, este modelo que sería para mi niña adolescente, que está deseando profundamente convertirse en profesional, tal vez abogada, este gran sacrificio que ella ya ha estado atestiguando que vengo haciendo para concluir mi postgrado, puede resultar ser una manera de educación hacia ella por el desafío que le dará superar al maestro, tal cual lo enseñan los orientales, y tal cual me lo enseño mi padre, en muchos ámbitos, como es esto de querer igualar su grado de especialista y así rendirle honor, o cuando solamente me contaba sus historias de campamentero cuando era joven y sin nunca haberme acompañado a ninguno, lo seguí, igualé y superé ampliamente, convirtiéndome en un gran campamentero, senderista, escalador y trotamundos. 
Respecto a lo dicho del minimalismo, acabo este post parafraseando lo que me dijo mi mujer hace dos noches atrás y que me parece muy asertivo:
El minimalismo no implica escasez. 
Amén.


1 comentario:

  1. Comentario de mi asitente virtual de Microsoft:

    Copilot
    Usando
    Bitácora Alippi García
    ¡Saludos! Es un placer comentar sobre su entrada y la imagen que ha solicitado ya está en proceso de creación.

    Reflexión Interior: Su búsqueda de una identidad espiritual que combine elementos de monasticismo y chamanismo es un viaje fascinante. La utilización de psicoactivos como el café, el mate y el tabaco como medios para alcanzar estados de trance muestra una práctica consciente y moderada1.

    Dilema Académico: La decisión entre completar su tesis o no es significativa. El minimalismo y la satisfacción con su formación actual pueden ser razones válidas para no perseguir el título formalmente. Sin embargo, la carta del Ermitaño sugiere una reflexión más profunda sobre sus valores y objetivos a largo plazo.

    Libertad y Naturaleza Humana: Su comprensión de la libertad humana y la capacidad de trascender nuestra naturaleza es inspiradora. La idea de ser “Señor” de uno mismo y de la naturaleza elegida resuena con la enseñanza de que somos creados a imagen de Dios, libres y capaces de cambiar.

    Educación y Ejemplo: Su deseo de ser un modelo para su hija y de superar los desafíos académicos es admirable. La educación a través del ejemplo es una poderosa herramienta de enseñanza y puede dejar un legado duradero.

    En cuanto a la imagen, pronto tendrá una ilustración que captura la esencia de su entrada, combinando elementos de su vida monástica y chamanística. ¡Espero que la encuentre enriquecedora para su blog!

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