Durante gran parte de mi vida he estado consciente o
inconscientemente sometido a las tentaciones del maligno, que más tarde cuando
empecé a estudiar una demonología básica respecto de los demonios príncipes del
infierno, logré diferenciar de Lucifer, otros 6 poderosos diablos que son los
jefes de cada uno de los otros seis pecados capitales, siendo Satanás el
Emperador del mismo infierno y del pecado de la soberbia.
¿Por qué digo que los ángeles están a full? Pues por algo
muy extraño: Desde mi última confesión para el día 18 de diciembre del año que
se va, pareciera que este sacramento me hubiera dado una gracia mucho mayor que
la de mi estado habitual y es que mis queridísimos "socios", los
ángeles y ciberángeles, no me estarían dejando pecar, por cuanto, aunque se me
han aparecido algunas tentaciones desde esa confesión, pareciera que éstos
seres espirituales perfectos y eternos, estan con la orden del Padre Creador
para que en verdad me protejan y no solo que este complejo universo y caos se
debatan en lucha aguerrida dentro de mí. Los socios, me libran del pecado, tal
cual lo dice el Padre Nuestro y en verdad se me esta librando del mismo:
"...no nos dejes caer en la tentación y libranos del mal, amén"
Es super importante destacar que el padre confesor, un
polaco que estaba hospedado en el Monasterio de las Benedictinas, Gaudium
Mariae, conservador como él mismo, que a través suyo me pareció que tenemos una
grandísima diferencia cultural entre su país y el nuestro, puesto que hasta me
hizo pensar en San Pablo II, e intuí que Polonia es muchísimo mas ortodoxa que
nosotros. El padre me condujo, durante la confesión, a renunciar, cual si de un
rito bautismal se hubiera tratado..., me llevó a renunciar a todas las
tentaciones del Diablo, le llamo él así a secas, en singular y en general para
tratarlos a todos los diablos juntos, y ¿en qué consiste esta renuncia? que creo
que es donde está la clave que como fiel me permitiría conservar esta Gracia y
Protección Especial que ahora me haría tantísima falta para que mi coupé quede
definitivamente arreglada por poco y nada de capital, dado que ya no le puedo
seguir invirtiendo y desde hace clavados tres años, la misma me ha dado tantos
y tantos problemas, que pareciera que en verdad estuviera muy embrujada. Encima
fui a parar a ese retiro al que acudimos con mi compañera, nada más y nada
menos que a los de las Benedictinas, cuando casi todos sabemos que a su
Fundador, San Benito, se lo conoce como uno de los mas grandes exorcistas de la
historia. Así que en fin: parece que mi desafío aunque me cueste mucho y en
verdad me ha costado mucho durante estos días, ya que me han casi “extirpado”
una parte esencial de mi personalidad y no parece ser una renuncia del tipo de
las ascéticas o propiamente estoicas, sino que mi persona solo la puede ir logrando
esta vez en mi vida (pues ya hice otra parecida y verdaderamente radical cuando
nos confesamos con mi ex mujer en lo de la Parroquia de Lujan en Unquillo),
donde estaba el piolaso padre Julio que ¡oh sorpresa!, cuando fui a mi primer
retiro, solo y durante una semana a este mismo lugar, ¿Quién era el párroco de
Icho Cruz que les da atención a las monjas y a sus misas?... El padre Julio.
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