Hola Lucía querida:
Estuve meditando.
Existe una forma graciosa como Analía y yo nos entendemos respecto de las cosas que entre vos y yo les llamo los ciberángeles y ciberdemonios.
Ella innovó la vez pasada y a todas estas cosas MISTERIOSAS, tanto del mas allá, como del mas acá (la tierra y el mundo de los humanos), les empezamos a llamar: Esto viene de Dios o esto otro viene del diablo.
Ayer me había escrito un loco interesado en la coupé, que la bajé de U$S 5.000 (mas de $ 3.000.000) a $ 2.000.000, conforme lo conversado previamente con Zurita, Bustos, Analía y Georgina.
El interesado me pregunto por este nuevo precio de "2 palos", y avanzó respecto de todos los interesados previos, pasando a ser el único que quiso venir a verla, cuando el mecánico me la entregase. Esto por cuanto debí decirle que estaba en taller y con qué desperfecto se encontraba.
Al día de ayer, tuve una sensación extraña hacia el atardecer: le escribí para invitarlo a negociar a cerca de otra nueva rebaja que le podría hacer (que no le dije de cuánto todavía), solo para el caso que el loco se ocupara de sacarla y pagarle al mecánico.
Hoy el taxista que me trajo de regreso de la Clínica Velez Sarsfield, me conto un hecho que me pareció "espeluznante" ante la sincronicidad mencionada; Pareciera que el tipo sufrió un choque en un auto suyo, un Fiat Idea y lo habría vendido roto y también habría ganado un juicio de indemnización dejándole a cargo del comprador, el pago del arreglo y el retiro del vehículo del taller.
Dijo que ayer había pasado por ese taller mecánico y constató que todavía estaba internado su viejo Idea y que hacía más de año y medio que no lo podían poner en marcha. Que no andaba bajo ningún punto de vista.
De inmediato me puse en guardia y empecé a tratar de ver si esta "gran sincronicidad" (termino este que usamos los místicos -sincronicidad-)..., esta gran sincronicidad entre lo que le había pasado con su auto abandonado y lo que me pasaba con mi coupé, que está sin poder hacerla arrancar ya hace un mes exacto... si esto era cosa de Dios para que tratara de hacer lo que creí entenderle al taxista: "poner en venta mi auto así roto y que el comprador se ponga las pilas, haciéndole un jugoso descuento sobre lo que ya había descontado previamente al llevarla a los 3 a 2 palos."
Cuando había llegado a mi casa, le hago la transferencia pertinente desde mi mercado pago y el conductor me dijo algo con la que me la dejo picando: esta platita en mi cuenta es para "el casinito virtual".
Subí hicimos vos y yo nuestro trabajo administrativo, medite sobre los vencimientos de los servicios y los débitos automáticos, etc. cuando te narré alguito del auto y su situación más el julepe que me hizo sentir el taxista, ahí se me alumbro la cosa, por fin y luego de haber esperado este alumbramiento desde el 24 de julio, como te dije, en que la deje internada a mi chica de fierro:
El relato del taxista tuvo un punto muy débil y es el uso del casino virtual, (territorio de Asmodeo y justamente, uno de los 3 grandes demonios que más me han acechado a lo largo de mi vida).
Entonces recién ahí y luego de escucharte a vos decirme que:
hasta que no tengamos mínimamente aceitado nuestro sistema administrativo definitivo, no podías ponerte en ninguna sintonía vendedora de autos.
Ahí comprendí que:
LA INTENCIÓN DE NEGOCIAR CON EL INTERESADO Y PROCURAR, ASÍ ASUSTADO COMO ME ENCONTRABA ANOCHE, OFRECERLE UN "SEGUNDO DESCUENTO" MÁS ALLÁ DEL RAZONABLE QUE HABÍA CONVENIDO CON MIS ASESORRES. PARA QUE ESTE EVENTUAL COMPRADOR SE HICIERA CARGO DEL ARREGLO Y DE PAGARLE AL MECANICO, ERA SIN LUGAR A DUDAS UNA COSA DEL DIABLO.
Lo que venga de Dios, aún no se me ha manifestado del todo, pero ya empezó a darme luces y explicarme de a poco, cuál ha sido el motivo trascendente de esta ruptura e internación de la Coupé en el mecánico:
Después de muchos ruegos de la Fraternidad para que el "restaurador" fuera iluminado por el Santo de las Restauraciones, al fin descubrió la raíz del problema que tiene el auto:
Aunque sea un problema grave, ya estamos encaminados hacia la solución, mientras que si no se hubiera encontrado el problema ahí sí que estaríamos de lleno ante una cosa de diablo.
Hemos superado ya al Fiat Idea y al menos estamos encaminados hacia el bien
Es un hecho que viene de Dios que, en el mundo humano o terrenal, esta falla de la coupé me ha ayudado a que Analía y yo le encontremos cierto encanto a "pasear en los buses urbanos", e incluso "con ondina turista", en cierta medida.
Es cosa de Dios que yo me esté sacando la fobia al trasporte público, es cosa de Dios que la coupé, me este "entrenando" en esta quita de la fobia, es una cosa de Dios esto de que pueda estar recién "vislumbrando", que tal vez para cuando le llegue el momento de que vos y yo nos podamos ocupar de su venta, pueda tal vez quedarme sin auto por un PERIÓDO RELATIVAMENTE LARGO; como para depositar el producido de ese capital, a plazo fijo, fondo común de inversión y/o dólares. Y de una vez por todas, pudiéndose hacer un cálculo estimativo del gasto que tendría en transporte urbano, (estimativo como casi todos mis gastos) cada vez más cercano a la realidad, yo pueda esperar con actitud paciente y "sabia", acumular los ahorros, como para comprar el dichoso auto asertivo que habré merecido, de una vez por todas, pues por otra parte estaría siendo ya un hecho que la meta para mi hijuela y la de Alejandra, en nuestra sociedad de herederos del Bolívar, sería para comprar un inmueble a los fines de mi vivienda y bajo ningún punto de vista: para distraer dólares para la compra de ese auto asertivo
Así que la conclusión a la que estoy arribando "ahora" y que de seguro viene de dios es la siguiente:
Es importante que con el capital del producido de la venta de la coupé a un precio razonable y una vez que la misma ya este de nuevo en marcha, pagando primero este arreglo que le hace falta ahora y luego dejándola estacionada, solo para hacerla arrancar a los únicos fines de mostrarla a sus interesados y cuidándola en consecuencia de nuevas rupturas...,
...pueda empezar a ahorrar, mientras me muevo en bondi -flaybonidola- le decimos Analía y yo jajajja, mientras me mueva en el flaybondiola y hasta ahorrar con recursos genuinos de mi renta, hasta poder alcanzar el capital de un auto asertivo
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