sábado, 11 de febrero de 2023

LA FORMACIÓN DEL MONJE

Es imperioso que veamos que nuestro monje es laico. Que tiene formación primero que nada entre los Mercedarios Mayores, grandes liberadores de las innumerables cautividades del mundo posmoderno. Cerca de cumplir sus 50 años, habiendo sido dirigido espiritualmente por los Sacerdotes de La Orden de la Merced y Redención de Cautivos, tuvo varios encontronazos con la Curia superior y sin decir más nada, viro hacia el Carisma de los Mercedarios Descalzos, o Mercedarios Menores, que lamentablemente se encuentran solo en España y el Caribe. Sin embargo su vocación mística que la viene desarrollando desde sus 27 años, la pudo encauzar dentro de esta Reforma a la Orden de la Merced y paso a ser Ermitaño y enclaustrado, en sus diversas ermitas, a las que él les llama Templitos Domésticos, donde ejerce toda su mística.
También desde su adolescencia fue instruido por Jesuitas, principalmente, en el Centro Manresa que se halla al frente de la Iglesia de la Compañía de Jesús en la Ciudad de Córdoba, Centro que da a la plazoleta Martín García, la que también linda con una de las entradas de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, en donde concluyó su carrera de abogado.
Estos Jesuitas fueron los primeros que le enseñaron sobre el diálogo interreligioso o propiamente el Macroecumenismo, de donde sacó su condición de Católico-Pagano.
Finalmente desde que fue a visitar al Cardenal Karlic, a la Ciudad en donde vive desde hace muchos años, siendo éste un íntimo amigo de su padre, Karlic le envió la Biografía del entonces Beato Carlos de Foucauld (El hermanito Universal), a quién el Papa Francisco hizo Santo. A partir de la lectura de este libro sintió, nuestro Ermitaño, que debía adscribirse también al carisma y vocación contemplativa y silenciosa de los Trapenses, motivo por el cual de ellos tomó su Habito Blanco y Negro, que consiste en vestimentas negras y eventualmente negras y blancas y todos sus bienes muebles, que son pocos, dado que también practica el Minimalismo (ascetismo de hoy en día), todos sus muebles son negros o blancos.
De éstos trapenses aprendió una rama de estos Benedictinos que son al mismo tiempo monjes Católicos y Zen y son muy afectos a las filosofías y disciplinas Orientales, en especial el Zen, como venimos diciendo. 
Los monjes Católicos Zen hablan de Cristianismo Zen, pero nuestro Ermitaño, para no dar ninguna posibilidad a dudas de que se trate, lo suyo, de una rama Protestante, prefiere llamarle Catolicismo Zen.
Los tres carismas influencian e inspiran a nuestro Ermitaño, diariamente. 

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